Las legiones (del latín “legio” que significa leva) romanas eran las unidades básicas de su infantería militar, que eran reclutadas según su necesidad exclusivamente entre ciudadanos romanos. Luego tuvieron un pequeño apoyo de la caballería. Formaban en el combate de manera cerrada como las falanges macedonias, enfrentando con picas al enemigo.
En el siglo VI a. C, el rey Servio Tulio clasificó a los ciudadanos de acuerdo a su fortuna. Los que poseían mayores ingresos ingresaban a la caballería o a la infantería pesada, mientras que lo pobres a la infantería ligera. Las legiones se dividían en centurias, que estaban formadas por 60 u 80 hombres, según la época. A partir de esta reforma los plebeyos también pudieron participar del ejército.
La caballería se formaba con 18 centurias de caballeros, integrada por hombres de hasta 45 años, con doce centurias de plebeyos y seis de patricios, cuyo patrimonio era de más de 100.000 ases, mientras la infantería se dividía en cinco clases también de acuerdo a la fortuna. La primera era de 80 centurias de ciudadanos con más de 100.000 ases; la segunda eran 20, formadas por ciudadanos con entre 75.000 y 100.000 ases; la tercera eran también 20 centurias de ciudadanos con más de 50.000 ases; la cuarta de 20 centurias de ciudadanos de más de 25000 ases; y la última era de 30 centurias con ciudadanos de más de 12.500 ases. Los de menores recursos o proletarios, no integraban las legiones.
En la República cada cónsul estaba al mando de una legión, debiendo prescindirse de la organización en falanges cuando debió dejarse el combate en terrenos llanos para adentrarse en zonas montañosas, como sucedió en las Guerras Samnitas (343 al 290 antes de Cristo) donde se organizaron en manípulos. Las dos legiones se colocaban en el centro, a sus lados las tropas auxiliares, y la caballería en los extremos.
Para abrir el combate se usaba la infantería ligera, y luego irrumpían tres líneas de infantería (los hastati, los príncipes y una retaguardia de veteranos).
Cayo Mario usó el sistema de cohortes, con un total de 480 legionarios, que se fraccionaban en tres manípulos. En el Imperio se anexaron las tropas auxiliares, especialmente como arqueros o en la caballería, para apoyar a las legiones. Mientras éstas solo se formaban con ciudadanos, los no ciudadanos podían integrar las fuerzas auxiliares. Con Mario desaparecen las secciones especializadas de la infantería, y se incorporan los ciudadanos más pobres como voluntarios, formándose un ejército profesional de voluntarios junto a las legiones permanentes.
Desde la reforma de Mario –alrededor del año 104 a. C.-, se ha venido priorizando en el seno de la legión una de las enseñas tradicionales que estos cuerpos solían llevar al campo de batalla. Se trata del águila romana, que se impone como símbolo legionario por antonomasia, desplazando al lobo, al toro, al jabalí y al caballo, muestras de animales totémicos pertenecientes a una sociedad campesina. Las águilas se realizan en metales nobles –plata primero, oro después- y se guardan celosamente en el "aedes signorum" o santuario del campamento. La pérdida de las águilas, como les sucedió a Craso o Marco Antonio en Oriente o a Varo entre los germanos, es el mayor deshonor que puede sufrir un cuerpo legionario. El suboficial al cargo del águila era el aquilifer.
A mayores, existen otro tipo de estandartes, como los "signa", "imagines", "vexilla" o "dracones":
- El signum es el estandarte de cada centuria: rematado en forma de asta o mano –en recuerdo del antiguo manípulo-, se decoraba con guirnaldas, cruces y discos. En los cuerpos auxiliares, los "signa" incluyen imágenes de los emperadores, con lo que el segundo tipo de estandartes -las "imagines"- es privativo de las legiones.
- Por su parte, el vexillum es la bandera que marca la posición del general en el campo de batalla, pero también es la enseña de los destacamentos irregulares, por lo que éstas reciben el nombre de "vexillationes". Se cuelgan de una barra cruzada al mástil de la enseña.
- El draco es una cabeza de animal en bronce con las fauces abiertas, a la que se añade un tubo de colores y que al agitarlo producía un ruido sordo.
Los portadores de estas enseñas eran, respectivamente, los signiferes, imaginiferes, vexillarii y draconarii.
El culto a las enseñas se realizaba con carácter permanente mediante la deposición en el "aedes". Sin embargo, existen ocasiones especiales en las que se honran los "signa" y "vexilla" (Rosalia Signorum), las águilas legionarias (natalis aquilae, Honos Aquilae).
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