Las diversas causas por las que
se produce el enfriamiento hasta formarse la niebla son las siguientes:
1)
Radiación
2)
Advección
3)
Subida de las temperaturas
Radiación:
El suelo
al enfriarse durante la noche, sobre todo en las de cielo despejado durante los
meses de invierno, hace que se vaya enfriando también el aire que
está junto a él. Si esa capa de aire se encuentra muy húmeda llegará a formarse
la niebla. El espesor de la niebla depende de la agitación del aire.
Si se encuentra inmóvil la condensación solo se producirá en la zona más
próxima al suelo, en cuyo caso únicamente se formará rocío o, si acaso, niebla
de uno o dos metros de espesor.
Es
preciso algo de turbulencia, aunque muy ligera, para que el enfriamiento se
propague a un espesor mayor y, en consecuencia, también lo haga la niebla. El
viento que favorece óptimamente la formación de la niebla está en torno a los
10 km/h. Una mayor velocidad tiende a disiparla.
Estas
nieblas por radiación nocturna son las que afectan a las extensas llanuras de
nuestras mesetas y son más densas y persistentes, por la humedad existente, en
las proximidades de los ríos.
Advección:
Se llama
advección a la afluencia, es decir a la llegada del aire que se va trasladando
horizontalmente de un lugar a otro. Cuando el aire cálido y húmedo se va
deslizando sobre una superficie fría, su temperatura va descendiendo y puede
llegar a hacerlo lo suficiente como para que comience a formarse la niebla.
Este
tipo de niebla se forma muchas veces en el mar cuando el aire se desplaza desde
aguas cálidas hacia aguas más frías. A diferencia de las nieblas por radiación,
que son típicas del invierno, estas son mucho más frecuentes en primavera y
comienzos del verano.
Subida
a lo largo de una pendiente:
Si una
masa de aire sube por una pendiente con suficiente humedad llegará a un
determinado nivel en el que comenzará a formarse niebla que irá extendiéndose
por la pendiente hacia arriba. En este caso sí podrá decirse en un momento
determinado, si uno se encuentra en la montaña que se ve envuelto por
este meteoro.
A veces
concurren varias causas para la formación de la niebla, pero las principales
son las citadas.